¿Se puede salvar Michelle Bachelet?
LA ESTRATEGIA DEL
CAOS YA NO SIRVE
“O yo o el caos” escuchábamos decir en 1988, en pleno fragor de la batalla por el Plebiscito. Hoy parece que dicha frase regresa nuevamente a la palestra como “La Concertación o el caos”.
Por supuesto, después del triunfo del “No” y luego con la elección de Patricio Aylwin, la debacle no se produjo, porque la Concertación demostró su capacidad de gobernalidad, manteniéndose hasta hoy en el poder.
Entonces, resulta paradójico que hoy la Concertación, en su válida opción de continuar por un período más en el Gobierno, utilice un mensaje similar al aplicado por Pinochet en su afán por elegir a Michelle Bachelet.
En este mismo blog hablábamos de la peligrosa apuesta de la Bachelet al elegir el campo mediático como el lugar para enfrentar a los demás candidatos. Precisamente, señalamos que allí estaba el escenario más fácil donde competirle.
También dijimos que una millonaria inversión en dólares, que incluya la contratación de los mejores expertos en campañas políticas, pueden cambiar el rumbo de una elección. Y no cabe duda que Sebastián Piñera sabe que esa puede ser la receta para derrotar a Michelle Bachelet en una segunda vuelta.
Por eso propusimos que Bachelet debe demostrar que tiene capacidad para gobernar y que tendrá a los mejores en su equipo y sugerimos que realizara los ajustes necesarios en su campaña porque ella representa a la clase media esforzada y voluntariosa en nuestro país.
Lamentablemente, no hemos sido escuchados y la estrategia confrontacional asumida es más parecida a la que se dio en 1988, donde Pinochet fracasó.
Hoy la derecha penetró con el mensaje de que es capaz de darle gobernabilidad a nuestro país sin cambios traumáticos. Piñera lo logra al demostrar que es un empresario exitoso y que es un hombre abiertoa crear una nueva coalición abierta a todos los sectores, incluidos los concertacionistas.
¿SE PUEDE SALVAR A LA GORDIS?
Es posible, pero apelando al corazón de los chilenos, al que creyó en “la alegría ya viene”. Ahí esta la clave: darle sentimiento a la campaña, recordar cómo juntos superamos los momentos más difíciles en la historia de nuestra patria.
La estrategia confrontacional no sirve.
Bachelet, en estos pocos días que le quedan, debe ganarse el corazón de los chilenos y en especial el de la clase media. De lo contrario, sólo un milagro puede salvarla.
CAOS YA NO SIRVE
“O yo o el caos” escuchábamos decir en 1988, en pleno fragor de la batalla por el Plebiscito. Hoy parece que dicha frase regresa nuevamente a la palestra como “La Concertación o el caos”.
Por supuesto, después del triunfo del “No” y luego con la elección de Patricio Aylwin, la debacle no se produjo, porque la Concertación demostró su capacidad de gobernalidad, manteniéndose hasta hoy en el poder.
Entonces, resulta paradójico que hoy la Concertación, en su válida opción de continuar por un período más en el Gobierno, utilice un mensaje similar al aplicado por Pinochet en su afán por elegir a Michelle Bachelet.
En este mismo blog hablábamos de la peligrosa apuesta de la Bachelet al elegir el campo mediático como el lugar para enfrentar a los demás candidatos. Precisamente, señalamos que allí estaba el escenario más fácil donde competirle.
También dijimos que una millonaria inversión en dólares, que incluya la contratación de los mejores expertos en campañas políticas, pueden cambiar el rumbo de una elección. Y no cabe duda que Sebastián Piñera sabe que esa puede ser la receta para derrotar a Michelle Bachelet en una segunda vuelta.
Por eso propusimos que Bachelet debe demostrar que tiene capacidad para gobernar y que tendrá a los mejores en su equipo y sugerimos que realizara los ajustes necesarios en su campaña porque ella representa a la clase media esforzada y voluntariosa en nuestro país.
Lamentablemente, no hemos sido escuchados y la estrategia confrontacional asumida es más parecida a la que se dio en 1988, donde Pinochet fracasó.
Hoy la derecha penetró con el mensaje de que es capaz de darle gobernabilidad a nuestro país sin cambios traumáticos. Piñera lo logra al demostrar que es un empresario exitoso y que es un hombre abiertoa crear una nueva coalición abierta a todos los sectores, incluidos los concertacionistas.
¿SE PUEDE SALVAR A LA GORDIS?
Es posible, pero apelando al corazón de los chilenos, al que creyó en “la alegría ya viene”. Ahí esta la clave: darle sentimiento a la campaña, recordar cómo juntos superamos los momentos más difíciles en la historia de nuestra patria.
La estrategia confrontacional no sirve.
Bachelet, en estos pocos días que le quedan, debe ganarse el corazón de los chilenos y en especial el de la clase media. De lo contrario, sólo un milagro puede salvarla.